Una problemática actual
Fue en el año 2004 cuando se le da protagonismo al bullyin en España, tras el suicidio de Jokin, adolescente vasco de 13 años. Cogió su bicicleta en la madrugada de ese martes de 2004 y se dirigió a la muralla de Fuenterabía, y una vez en lo alto, se arrojó al vacío.
Esa mañana cuando nos despertamos con una frase en los periódicos donde podíamos leer: “Prefirió, la paz eterna al infierno cotidiano”.
Creo que es la mejor manera de entender el sufrimiento que padece una víctima de este tipo de actos.
Este lamentable hecho hizo que se activaran los mecanismos de prevención en el acoso escolar de forma sistemática: normativas, capacitación, protocolos, etc.
De igual manera estaba gestándose de forma sigilosa una nueva forma de acoso sin que nos diéramos cuenta de ello, el Ciberbullying, está nueva forma de violencia y maltrato entre iguales.
Desde que comienzan a surgir y a popularizarse las redes sociales e internet, nuestros niños/as y adolescentes comienzan a padecer el ciberbullying, este ha crecido muchísimo, pero, ¿Qué entendemos por ciberbullying?
Es un tipo de acoso que se vale de medios informáticos para el hostigamiento de una persona, llevando a las personas implicadas a un proceso que no parece tener fin, pero hemos de destacar que esto tiene solución.
La palabra se compone con el vocablo inglés bullying, que refiere acoso e intimidación, y el prefijo ciber, que indica relación con redes informáticas.
Se utiliza la tecnología para amenazar, avergonzar, intimidar o criticar de una forma destructiva a otra persona.
Esto implica el comportamiento agresivo entre pares que se traduce en acciones negativas de un acosador (o victimario) sobre un acosado (o víctima). La agresión es sostenida en el tiempo y supone un desbalance de poder, de manera que la víctima se sienta indefensa y amenazada en el entorno donde la agresión ocurre.
Vale aclarar que el ciberbullying se destaca por una agresión sostenida en el tiempo, no es algo momentáneo o pasajero, como puede ser una bronca entre compañeros u amigos.
Existe un abuso de poder por parte del acosador, quien hace uso del mismo para intimidar a la víctima de manera sistemática. Este poder puede ser real o percibido, pero es eficaz en lograr el sometimiento del acosado.
Como sabes de forma vivencial, es a principio de este año cuando a partir de la pandemia que estamos viviendo a nivel mundial, nos vemos más cercano a las tecnologías y por ende a las relaciones por medio de las redes sociales. No es que esto sea algo malo, hemos visto que ello ha ayudado a muchas personas a no perder sus relaciones sociales, o a artistas poder hacernos más llevaderos este proceso por medio de concierto, o alguna otra forma artística en sus diferentes ámbitos.
El lado negativo de ellos, es el mal uso de este medio para victimizar a un niño/as u adolescente, que es el caso al cual nos referimos.
Hoy en día nos encontramos con la convivencia de diferentes generaciones reunidas tratando de ponerse de acuerdo en que es lo mejor o que es lo peor. Pero nos olvidamos que no es una cuestión de que es lo mejor o peor, sino de respetarnos en los tiempos que hemos nacido y con el entorno que nos ha tocado.
Padres con desconocimiento de lo que es una red social, como y para qué se utiliza, una educación dirigida a los hijos que pueda prevenirlos de lo que existe en este campo ahí fuera. Pero puede ser que sea por el simple hecho de que no tienen acceso a ello o que no se han informado, por eso me parece que es muy importante que como padre más que negarle el acceso a tu hijo, puedas informarte e investigar de ello y en lo posible conocer de forma activa que es y cómo funcionan estas redes. ¿Cómo?, creando tu propio perfil, no para que acoses o persigas a tu hijo, sino para que sepas de qué va y como funciona.
“No podemos cambiar o modificar algo desde el desconocimiento, tenemos que conocerlo para poder atacar lo malo y destacar lo bueno”.
WCH.
Todos en algún momento de nuestras vidas nos hemos enfadado con alguien, por el motivo que sea. Actualmente sigue pasando, y mayormente la reacción que tenemos o que hemos tenido de niños es solventar esa emoción de enfado vengándonos.
Hoy en día dada la facilidad que se tiene a un teléfono móvil, con ello a una cámara de foto, y luego subir está a una red social, puede ser utilizado como arma de venganza a una situación, donde una persona queda expuesta como víctima de otra enfadada con sed de venganza.
Este es uno de los primeros pasos para que nuestros niños/as, pasen a ser diana de una persona victimaria, que buscara seguidores para hacerle la vida lo más difícil posible a otro de su mismo entorno.
Una vez que una imagen o un video es lanzado a la red, es muy difícil de parar y evaluar cuál va a ser el impacto negativo que tendrá sobre la persona afectada.
¿Pero cómo entender este problema y que nos llegue a todos?
Sabemos que para que exista tiene que haber dos personajes claves, el Agresor y la Víctima
Cuando nos referimos al agresor, mayormente estamos hablando de un perfil que goza de popularidad y apoyo entre sus compañeros, carece de sentimiento de culpabilidad, por lo tanto, no ha desarrollado su empatía, no se rige por normas de conductas claras, es de un temperamento impulsivo y agresivo. No reconoce la autoridad y transgrede normas y reglas con facilidad, y muestra poco interés en sus estudios.
En cuanto a la víctima, no goza de popularidad entre sus compañeros, se encuentra emocionalmente sobreprotegido por su familia, el miedo es un fuerte rasgo de su personalidad, posee un temperamento débil, es tímido e inseguro, posee baja autoestima, tiende a la depresión, se deja ganar por sentimientos de culpabilidad, y muestra un bajo rendimiento escolar.
Es un trabajo que tenemos que hacer entre todos para tratar de evitar todo tipo de acoso que puedan sufrir nuestros niño/as y adolescentes, una tarea que tenemos que realizar de forma activa, comenzando desde casa y los centros educativos.
Todo pasa por la educación, educación que no debe dejarse solo en manos de los centros educativos, sino también por la educación del medio en que se vive, del hogar, de los medios de comunicación… esa educación está bastante degradada, y lo que los chicos absorben, en algún lado lo tienen que descargar. Los chicos/as son el reflejo de la sociedad adulta que somos nosotros quienes educamos.
Conversar con nuestros hijos, que no es discutir, pelear o imponer alguna cosa, sino mantener un diálogo de tú a tú, de un adulto entendiendo y no juzgando a un niño/a, puede ser la clave para dar más visibilidad a este problema. Si tú te acercas de forma respetuosa a tus hijos, ellos lo notaran y podrán abrirse contigo, no hablo de ser amigos de tus hijos, sino de que sepa que hay un adulto que lo entiende y que lo puede ayudar a enfrentar ese problema, y lo más importante de todo es que no está solo.
Interesante artículo. Ojalá que entre todos podamos educar desde la responsabilidad que nos corresponde.
Gracias Walter por tu aportación.
Un saludo
Soy madre y cada dia aprendo cosas nuevas de como educar a mi hija en positivo.
Totalmente de acurdo, debemos acercarnos a ellos de manera respetuosa, lograremos entenderlos mejor y ellos sentiran que pueden confiar en nosotros y así podremos ayudarles.
Para eso debemos cambiar nosotros. Parece fácil, es un trabajo constante.